De vez en cuando a lo largo del año, me dedico a buscar (y leer) tesis académicas relacionadas con el medio animanga y su fandom en México.
Hasta ahora y con lo que he leído, llego a dos conclusiones:
- La mayoría de ellas abordan desde el campo de estudio del aspirante a título una serie de animación japonesa, o al medio animanga y su fandom pero bajo una perspectiva occidental, alejándola así de nuestra geografía y contexto.
- A juicio personal, las tesis desarrolladas en la forma que el inciso b) las describe, pese a tener un desarrollo parcial (salvo excepciones), éstas pueden ser fuentes ricas en información y ejemplos, pero limitadas la mayoría de las veces a lo expuesto en el inciso a).
En contraste, si en la literatura en idioma inglés encontramos muchos trabajos relativos al medio o su fandom (Manga! Manga! y Dreamland Japan, -ambas de Frederick L. Schodt-), en nuesto idioma, me he topado con dispersos ejemplos(*) a partir de la primer década del 2000; y en América Latina destaco, por ahora, los artículos publicados de la Universidad de Chile en su revista electrónica Razón y Palabra(1) y demás medios de corte puramente académico.
Además, aún no me he topado con un trabajo que aborde la dualidad en los enfoques occidental y oriental, acordes y consistentes con el momento social que ya vivimos (la globalización, niños) y seguimos viviendo.
Si bien ya hay motores donde puedo encontrarme esos ejemplos que busco (vía Academia.edu), el hecho es que, si no acabas encontrando trabajos que desarrollen el fandom y su medio en el enfoque occidental a plenitud, terminarás encontrando papers en nuestro idioma que abordan el enfoque oriental aplicado a la transición cultural hacia nuestro continente.
En ese sentido, Japón tiene un gran acervo en esta clase de estudios sobre sus consumidores, los otaku.
En ese sentido, y con el propósito de exponer un ejemplo del trabajo in situ del fandom y el medio, comparto el siguiente artículo escrito por el especialista colombiano Dick Martínez, acerca de uno de esos libros idóneos para el estudio de lo otaku, y a pesar de no ser una reseña, los aspectos que toca su comentario han pasado la barrera geográfica hace mucho tiempo y ejemplos de ello, quedan evidenciados para una mejor comprensión:
«El libro se llama “Doubutsuka-suru Postmodern” (en inglés: “Otaku: Japan´s Database Animals”), introduciendo primero, obviamente a su autor: Hiroki Azuma, quien es tal vez, el único autor Japonés contemporáneo que ha saltado esa brecha entre la academia rancia y la cultura popular, analizando al Otaku como el estandarte de la cultura pos-moderna; él lo llama “animal de la base de datos” sin tener un tono ofensivo ni mucho menos, sino como una metáfora de las actitudes, modos de vida y estructura mental y social del otaku japonés.
Cabe anotar que Azuma es Ph.D(2) en Cultura y Representación de la Tōdai(3), investigador y profesor en la International University of Japan e investigador en la Universidad De Stanford (Inglaterra). Su línea filosófica es el Postmodernismo Japonés de la Vieja Escuela, transformada precisamente por él. Su influencia más conocida es Akira Asada, filósofo y crítico de arte, quien también ha analizado de forma tangencial el fenómeno otaku.
Voy a ser lo más conciso posible para no aburrirlos (creo que ya los aburrí con lo primero) al final un humilde análisis de lo que puede pasar y como creo que se puede actuar. En el libro:
- Azuma resalta en el Capítulo “la decadencia de la gran narrativa” precisamente la formación de nuevas “mitologías” basadas en una relación consumo-emoción donde quien adquiere un producto, en este caso el Otaku, vincula una emoción a ese producto relacionada con el universo narrativo de una serie-historia de manga o anime, que sea lo suficientemente grande para que fundamente actitudes y modos de ser, eso quiere decir que cada muñeco, poster, manga, DVD etc. es un símbolo de esas actitudes(4), y las grandes instituciones (escuela, país, religión, familia) pasan a un segundo plano.
- Citando a Eiji Otsuka, la acumulación y consumo de estas “pequeñas narrativas o mitologías” hacen que el Otaku seleccione y mezcle de entre ellas, lo que más lo emocione-impacte, o lo que más le guste; es así como muchos otakus basan su identidad y manera de verse ante los demás en varias series; ahí los cosplayers tienen cabida(5).
- Otro de los ejes de la Teoría de Azuma es el hecho de que toda la cultura otaku está rodeada de una capa de “simulación”, que depende enteramente de la base de datos interna de lo que cada otaku selecciona como suyo. Cada otaku tiende a hacer trabajos derivativos de su base de datos, si un cosplayer se disfraza de un personaje tenga por seguro que las actitudes y psicología de ese personaje hacen parte de su identidad.
Es aquí donde nos topamos para el caso de nuestra región, con los siguientes problemas:
a) Las grandes narrativas (escuela, país, familia, religión) son tradicionales, las pequeñas narrativas son actualizadas a cada minuto.
b) Las grandes narrativas parten de la sociedad como agentes de construcción del ciudadano, quien debe ser el personaje de la historia de un territorio nacional, las pequeñas narrativas parten del mercado, construyen lo que el mercado quiere construir a partir de la emoción y su objetivo es vender; mientras más gente tenga en su base de datos más elementos de una serie en particular, por más tiempo y en mayor cantidad se venderá tal o cual serie (casos hay muchísimos en toda la historia del manga-anime, eso fue lo que aprendió [Osamu] Tezuka en Estados Unidos, y ese es el modelo que siguen todos los que hacen historias en Japón), si primero hacen doujinshis es porque saben que a través de trabajos derivativos (simulaciones) le pueden entrar al otaku con sus propios elementos.
c) Las grandes narrativas son leyes, las pequeñas son rumores.
d) Las grandes narrativas son objetivas-fijas, vislumbran toda la “nación” y son las mismas para todos (constituciones de cada país), las pequeñas son subjetivas-variables, cambian constantemente de acuerdo al mercado, la moda, la capacidad persuasiva de tal o cual serie, y una infinidad de variables.
Trasladando la teoría del libro a los hechos, situaciones como la ocurrida en 2011 en México con La Rosa de Guadalupe y su episodio sobre el cosplay, la historia es realizada desde las grandes narrativas usando un viejo método para encasillar en la mente de las viejas generaciones a un determinado tipo de individuo; en una analogía un poco burda, los viejos usan la “estereotipación” como los jóvenes usan los “memes”, la diferencia radica en que el estereotipo se impone mediante la repetición estratégica, y responde a lo que un statu-quo quiere que esté en la mente de cada persona; mientras que los memes son detonadores de memoria independientes de institución creados en el underground y no determinan; ellos asocian y conectan.
Es aquí donde la gran narrativa no buscó en ningún momento quitarles el estigma sino que quisieron fijarlo, lo que quiere decir que en algún momento esas grandes instituciones están viendo este tipo de actitudes como perjudiciales para lo que ellos quieren mantener, pasando de la reacción salvaje [¿cómo tocas algo que no conoces?] hacia el razonamiento parcial del problema [chance y si tengan razón, pero Televisa es …, y por eso la odio] que desemboque en un balance de ambas hacia una cuarta que optaría tomar:
La diplomacia, conservando ideales susceptibles de transformarse en políticas de un movimiento. La diplomacia no es entregarse como carnada para que los medios se los sigan comiendo; ni indiferencia y burla, es mantenerse a la par siguiendo sus propias estrategias, si ellos son capaces de manipular a las viejas generaciones con las viejas estrategias del estereotipo mediante la repeticion-emocion; pues que los otakus en modo encubierto usen los medios alternativos para trastocar esa estrategia con impacto mediático (flashmobs, viralidad como dos ejemplos), con desbandada cultural (manifestaciones culturales verdaderamente masivas)(7); la protesta y el insulto son como digo, descalzarse para que los otros disparen.

«Genkidama por La Educación. Chile, 2011.
Creo firmemente que, si ustedes señores otakus no se educan en lo que creen, es improbable que lleguen con argumentos a las instancias que los están requiriendo(6), y sus propuestas sean desechadas de plano; personalmente, como fundador de lo que alguna vez fue la ADAM (Asociación Defensora del Anime y el Manga) aquí en mi país, hasta que alguien me hizo la pregunta “¿de qué se defiende un otaku?” es cuando retrocedí un poco para re-pensar mi perspectiva; si no hay argumentos es imposible la defensa…
De ahí en adelante me dedique a tratar de impartir principios básicos de historia del manga y el anime para que alguno por lo menos supiera en que verdaderamente es lo que cree, que supiera que la cultura es susceptible de ser mercantilizada, y que los símbolos de hoy en día no son la cruz y la bandera, son cada uno de esos muñecos y mangas y DVD’s que tienen en sus estantes; y que lo que compran representa lo que creen.
No más basura, de seguro en este punto solo tendré a Rag como mi lector; pero les envió un saludo y ojala comiencen a pensar con cabeza fría.»(8)
Tomado originalmente del comentario escrito en esta entrada por Dick «Gutts» Martínez, Comunicador Visual y Especialista en Animación por la Universidad Nacional de Colombia. Actualmente está por terminar la Maestría en Información y Comunicación por la Universidad de Kobe (Japón).
Imagen destacada tomada del blog en WordPress «School of Anime and Otaku Studies» e imágenes de entrada tomados de Twitpic y El Dinamo.cl.
Paper en .pdf tomado de Academia.edu, escrito por Mauricio Carrasco (Universidad del Pacífico, Chile).
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(1): Un buen sitio para encontrar papers sobre el medio y su fandom, si lo que buscas son tesis que no recurran a alguna serie para justificar objetos de estudio propios de la carrera de la que buscan egresar.
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(2): Doctorado en Filosofía.
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(3): Abreviatura romanizada de la Universidad de Tokio (en japonés: 東京大学, romanización: Tōkyō Daigaku).
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(4): Para mayores referencias, lea el artículo «Opinión: Sexo, Akihabara y MEMEME!» de David Gutiérrez (via RetornoAnime).
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(5): Para mayores referencias, mire este fragmento en video de Tabu: Latinoamérica, sobre el cosplay. Derechos reservados para NatGeo.
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(6): Un ejemplo consistente de ello fue el caso OMC, ocurrido en México, y que en su momento le dí seguimiento.
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(7): Ejemplos más recientes de manifestaciones bajo el uso de símbolos y representaciones de la cultura otaku global, fueron las realizadas en 2011 bajo la consigna «Genkidama por La Educación» (ver video 1 y video 2 en YouTube), la cual contó con el apoyo de los actores de doblaje de la serie de Toei Animation, «Dragon Ball Z», como parte de las protestas del estudiantado chileno contra las disposiciones del gobierno de su país a la educación pública.
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(8): El texto fue adaptado en partes para hacerlo más entendible, ya que originalmente fue un comentario inserto en mi blog. Los créditos respectivos están intactos (ver texto en cursiva al final inmediato del texto).
(*): Tengo por aquí un repositorio de algunos libros serios sobre el fandom y medio escritos y publicados por españoles. En un tiempo que me de, publicaré una entrada sobre algunos de ellos.
Información Bitacoras.com
Valora en Bitacoras.com: Texto que comprende una reseña somera de un libro sobre estudios otaku en Japón y su aplicación en contados ejemplos al fandom y medio en México y América Latina.
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[…] y una de las autoridades en el medio y el fandom de talla mundial, el Dr. Eiji Ootsuka (de quien ya le hemos mencionado en este blog, del que ya tenemos de paso uno de sus libros y que en la frustración de quien escribe, no podrá […]
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[…] Con el tiempo eso mutó en mi interés desde el aspecto académico y las humanidades (antropología, sociología, psicoanálisis, etc.) ya no el desentrañar series de anime para describen mensajes, momentos y generaciones, propias de la época en la que se produjo tal o cual título, sino en el cómo influyó, las reacciones y el comportamiento del fandom animanga en México y Amér…. […]
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[…] referido por muchas personas[4], en diversos momentos[5], y con diversos matices[6], además de motivo para editar libros nutridos sobre el tema[7]. A. Matterlart en su “Historia de La Sociedad de La Información[b]“ sentenciaba en sus […]
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[…] A la distancia no dudo que Francisco Peña, su autor, es (o era) fan del medio, por acotar algunos de nuestros vicios. Pero eso sí: No se confundan. No elogio lo escrito, sino su labia con la que enmascara el resto de sus argumentos que fueron desde exagerados, hasta ignorantes porque pese a lo que escribió sobre Ranma 1/2 y Dragon Ball Z, hoy en día Takahashi y Toriyama respectivamente, son autores referentes, de trayectoria y reconocidos en latinoamérica. […]
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