Lo siguiente que leerán será una suerte de respuesta al artículo «¡No se vale!» del periodista y crítico de televisión Álvaro Cueva, publicada su columna («El Pozo de Los Deseos Reprimidos») para el sitio web de Milenio el pasado 22 de julio del 2013.
Las respuestas vendrán a modo de comentarios posteriores a la cita de algunos fragmentos del artículo antes referido. Mi intención con esto es apoyar y complementar con algunos datos que pueden serle de utilidad en el futuro. No más, no menos:
«Amo las animaciones japonesas, porque van más allá de lo que en occidente llamamos caricaturas, porque son hermosas, ricas y diversas; porque son valientes y eternas y porque merecen ser vistas y estudiadas.
Es una lástima lo que está pasando en nuestro país. ¿Qué? Que desde que las buenas conciencias decidieron tomar las riendas de nuestras pantallas, ya no las vemos como las veíamos antes.
Ahora resulta que son violentas, inmorales y satánicas, que no venden, que nadie las ve, que nadie las entiende y, peor tantito, que las pocas personas que las miran están enfermas, traumatizadas, que son criaturas patéticas, una tribu urbana.»
No cuestiono que la situación de la presencia del anime en México es, por decir lo menos, pobre (y más en específico, sectaria y de nicho). Tampoco pongo en duda que hoy en día se siga (citando a Macario Schettino de El Universal en su editorial de opinión del pasado 18 de julio) «un pensamiento mágico» a lo largo y ancho del país que mantenga el cóctel de prejuicios que una vez relegaron a su desaparición de las parrillas de la programación nacional hace más de una década.
Aquí solo acotaré dos cosas:
- El problema actual de la animación japonesa se encuentra más en la situación de la piratería y comercio de bootlegs desde los eventos más grandes (la TNT y en una parte de su historia, La Mole) donde la tolerancia y el beneficio económico fácil e inmediato es lo que acaparan los mercenarios culturales en cantidad donde, en perjuicio a los negocios que manejan merchandising (productos derivados del comercio de una franquicia, artista o grupo musical), éstos al no tener un mayor escaparate para vender su servicio o producto, terminan siendo parte de estos eventos para promoverse, en una clara desventaja ante la oferta que manejan los expositores de ese tipo de mercancías. Reseñas más puntuales de lo que digo puede encontrar en la red para no agobiarle con más referencias.
- Aunque concuerdo que la etiqueta «tribu urbana» no queda para definir en su totalidad a nuestro fandom animanga nacional, entiendo que el uso de ese adjetivo se debe a motivos «políticamente correctos» ante los medios masivos para evitar herir susceptibilidades. Por otra parte y hasta donde se, la poca presencia del anime en TV abierta obedece a razones de rentabilidad y acaparamiento de espacios a otras ofertas más «ad hoc» a nuestra situación geográfica (Nickelodeon, Disney XD y ofertas similares).
«Cuando quieran, me llevo a los vendedores de la tele a las ferias de animación para que vean lo que es vender, para que nos digan en nuestra cara que todos los miles de fanáticos que vamos a esos eventos no compramos, que no valemos.»
En cuanto a este punto, me permito recomendarle una opción que es consistente con la invitación que hace a los programadores o autoridades que controlan los contenidos que se ven por televisión:
J-Fest – Festival de música, moda, cultura, anime y arte de Japón y Corea del Sur.
Fechas: 16 y 17 de noviembre 2013.
Website / Facebook / Twitter
Aunque no es exactamente una «feria de animación», la oferta de entretenimiento asiático que promueve el J-Fest incluye a la animación e historieta japonesa que reúne esfuerzos más centrados a la promoción y estímulo de un público que consuma lo legal y a precios consistentes con la calidad del producto/servicios ofrecidos (por ejemplo, los que Crunchyroll, un servicio de video en línea dedicado a ofrecer contenidos de animación japonesa y shows japoneses vía suscripción que ofrece en México y Kokuban, colectivo de sitios, blogs y podcasts que promueven actividades 100% legales dedicadas al anime y a la música contemporánea del Japón). Con esa intención el arte y la música (el punto fuerte de este evento) mantienen estos propósitos en una condición emergente que prospera al paso de las ediciones.
«Las animaciones japonesas son una de las manifestaciones artísticas más bellas del mundo, sus orígenes están en los medios impresos de Japón y la historia de los medios impresos japoneses es una de las más fabulosas en la historia de la humanidad. Todos esos rasgos tan específicos que millones de personas apreciamos en las animaciones japonesas de hoy, estaban en papel desde el siglo VII. Y ahí estaban esos personajes fantásticos, esos animales que de repente participaban en la acción, esos destellos de humor y ese acento en esas miradas tan peculiares, capaces de comunicar tantas cosas. ¿Por qué estaban y están ahí? Porque tienen un carácter simbólico, crítico, porque son inteligentes.»
Todo bien aquí. Solo acompañaré lo que comenta con una de las cápsulas que Canal 22 dedicó hace algunos meses al manga, como parte de un serial dedicado a las dos manifestaciones más emblemáticas del entretenimiento nipón:
«Las animaciones japonesas promueven el espíritu competitivo, el trabajo en equipo, la disciplina y hasta el entrenamiento físico y la salud. ¿Qué promueven las telenovelas? ¡Qué!
Hay mucha ignorancia y mucha hipocresía alrededor de las animaciones japonesas.»
No todas -al menos las más recientes o varias de las populares (¿o mejores?) que mencionó el día de ayer en Alta Definición– promueven alguno de los valores que menciona, al menos no de la forma cómo lo menciona. El anime como medio no solo se interpreta como aquello que podamos sacar (y relacionemos de inmediato con el aprendizaje), ya que también hay que tomar en cuenta el mensaje que el autor tiene para con su obra, un mensaje que (en el anime) puede atomizarse a una expresión o secuencia clave. A esa abstracción que el espectador encuentra en tan solo un instante se le conoce como «sakuga». Le recomiendo que mire esta serie de videos relativos a este concepto que se encuentran en la plataforma Vimeo, para que pueda darse una idea de lo que hablo:
Así como dice que la ignorancia (aún cuando mi generación -la noventera del siglo pasado- es la que se encuentra en la cúspide para cambiar el rumbo del país, tomando al toro por los cuernos) y la hipocresía (desde el reportero de la televisora que guste hasta las órdenes que gira el organizador de un evento para boicotear a otro en una suerte de congal interminable), el fandom per sé también ha padecido sus respectivos vicios.
Vicios en parte generados por esa debacle en televisión abierta, en parte por la oportunidad de los mercenarios culturales (con la venta de anime en bolsas de plástico con una hoja impresa en ambos lados) y que forman el grueso de un fandom al que no le piden ser crítico de lo que lee o ve, pero que sí se aseguran de mantenerlo (y mantenerse) en el fondo de la cubeta con cangrejos que le impide ser un buen fan, pero sí uno con 50 pesos en los bolsillos. Así como lo manifiesto en este audio que le comparto:
Por lo mismo, ya casi no llegan a la televisión abierta nacional y cuando llegan, las cortan, las programas en desorden, las cambian de horario o las condenan a un espacio indeterminado después de la medianoche.
¡No se vale! Nos estamos perdiendo de obras maestras como Death Note, Sword Art Online, Shingeki no Kyojin, Tasogare Otome X Amnesia, Kateyo Hitman Reborn, Full Metal Alchemist, Kenichi, Nana y Another. ¡No se vale! ¿O usted qué opina?
Por lo mismo, porque la razón de la situación en la que nos encontramos tanto se debe a las televisoras como TAMBIÉN POR NOSOTROS, es que ahora nos encontramos en un momento crucial donde proyectos diversos navegan hacia el común de estimular una industria y hacer un atractivo para el mercado japonés como nunca se tuvo una idea; aún cuando las fórmulas de un velado hostigamiento (disfrazado de insistencia) lograron -en mi opinión- un capricho (tener el doblaje latino en la película más reciente de Dragon Ball Z), demostrando solo que «gritando» obtendrán su ración de nostalgia (otro de los tantos vicios que tiene encadenado a nuestro fandom).
Si considera las series listadas como obras maestras perfecto, y aunque difiera de muchas maneras con la selección que publicó esta mañana, mi esperanza queda que con su exhortación y ejemplos, aquél o aquella que no sepa nada de animación o historieta japonesa se acerque con sus palabras, que si bien a consideración de much@s colegas míos no son merecedoras de elogio alguno, ojalá lo que ha escrito haga eco en la labor de promover y hacer lo correcto este medio (el anime) y su fandom, una labor en la que definitivamente no está solo y en la que más de uno le puede extender la mano para ayudarle y, ¿por qué no?, guiarle.
Así sea, le he extendido mi mano. Bienvenido.
Fuentes: Milenio (web), El Universal (web), «Desde El Palacio Valhalla» (fanpage en Facebook), Vimeo (video stream service), Ounomachi (blog en WordPress).
Agradecimientos especiales a @KonekoSensei (Twitter) por la colección de videos en Vimeo sobre «Sakuga».
mmm de acuerdo contigo en casi todo, a excepción en lo de DBz, al menos para mi no todos se encapricharon con esa idea, hay algunos que solamente expresaron su deseo de tener al cast original de manera mesurada e incluso una sola vez, ahora bien si pienso que si bien la tele abierta tuvo un ataque de doble moral en una epoca, nosotros mismos nos encargamos de que ellos ya no fijaran sus ojos en este mercado, por que¿¿ por las mismas cosas de siempre, y aunque me duela mucho yo con mis 18 años de edad pertenezco a esa generacion de fandom que simplemente se acomodo dicendo: no lo pasan por tele abierte, no hay problema ahi esta la pirateria, y fue esa epoca la que realmente mato el mercado en este país. Por lo de alvaro cueva hay que recordar que el es critco de television así que es muy dificl que realmente vea todo el contenido que reseña así que hay que entender que probablemente no conozca tambien este mundo del fandom, pero el tiene una audiencia a la cual es tambien importante llegar para que haya mas apoyo al animanga. saludos
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Me parece muy buena tu critica porque de lo que yo he visto ÁLvaro Cuevas solo se ve como un «Conductor», una persona que solo lleva las riendas de su programa mas sin embargo desconoce el tema a tratar con profundidad haciendole quedar mal, prueba de ello son los argumentos que emplea tan fácilmente debatibles y sin tomar en cuesta su opinión persona sobre su «Top» que si calificamos a los animes por su mensaje, calidad de animación, banda sonora, en fin el cojunto de elementos que apreciamos en cada obra, muy pocas de las mencionadas podrían ser consideradas para un top
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Gracias por tu comentario, a lo que respondo: Comparado con la situación que mencioné en mi blog (La Rosa de Gpe. y su episodio sobre cosplay) a esta situación con Dragon Ball Z, en su momento dejé un rant vía Twitter que condensó parte de mi queja: https://www.facebook.com/Ragunaroku/posts/10151510192996479
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Hmmm interesantes argumentos. Otro problema que no se ha tocado mucho seria el acaparamiento del anime. No se vale que dichas comunidades «geeks» no se tomen en cuenta otros fandoms muy importantes, como el comic americano, comic europeo o los fenomenos recientes del fandom en la animacion. Siempre es tedioso que las convenciones sean solo «anime y manga» pero la verdad es porque nosotros mismos lo permitimos.
Saludos.
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Si lo que buscas son eventos enfocados al cómic, la narrativa gráfica y expresiones derivadas, te recomiendo que visites FestoComic, evento organizado por Luis Gantús (creador de la otrora grandiosa CONQUE) y que se realizará en noviembre del presente año: http://festocomic.com/
Gracias por tu comentario. 🙂
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hola,yo creo que hay de todo como en la viña del señor…tanto los medios(mal encaminados) como nosotros mismos tenemos la culpa como ya se ha repetido,yo por mi parte consumo y comparto tanto comic como manga y derivados,y me gustaria ver mas anime en español que como sabemos se sigue doblando pero vendiendo a otros paises que le esta dando cabida tanto en tv abierta como cable,lo que podemos hacer es como se solicito el doblaje de la peli de DBZ asi seguir pidiendo un canal de paga o un canal via de internet que en parte ya existen (aunque descanse en paz ANIMAX LA)
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Yo creo que en realidad es poca la culpa que puedan tener el supuesto o real veto moralista (¿o ideológico?) en contra de las series de anime o la piratería en el hecho de que actualmente casi ninguna serie de anime llegue a Latinoamérica (si fuera así ya también serían bastante menos las series live-action estadounidenses que se presentan en Latinoamérica, sea en TV abierta o por cable); en cambio para mí el principal culpable de esta escasez de anime por acá es un factor que ninguno (ni Cueva, ni Ragnarok, ni los demás comentaristas) ha mencionado: el encarecimiento excesivo de los derechos de transmisión. Resultó que desde finales de los años 90 los japoneses cobran demasiado por esos derechos, cosa que primero se me había dicho desde la defensoría del televidente del canal colombiano RCN, pero que solamente pude creer cuando en algún foro mexicano alguien afirmó que los derechos de transmisión de los animes se habían vuelto demasiado caros. Y además como que volvieron muy engorrosa y compleja la obtención de licencias de sus series, hay una descripción completa en tres partes de este proceso en http://www.otakujanai.net/2012/06/12/%C2%BFcomo-se-crea-una-licencia/
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Si bien eso no lo mencioné, en algunas publicaciones dispersas en mi muro personal tenía ya el conocimiento de esa situación (entrevisté en su momento al encargado de traer manga a México, quien me decía que los costos de licenciamiento de manga eran muy caros y las condiciones para adquirirlos, muy estrictas), creo que te puede servir mucho ahondar ese rubro si lees, esto: http://blografia.net/vicm3/2013/07/sobre-el-estado-de-cosas/
A mi me ayudó al entender ese factor que mencionas, además de permitirme poder relacionarlo con unas situaciones que se dieron hace algunos años con el cierre de cadenas de librerías (Border’s) y manejadores de contenidos japoneses (TokyoPop, ADVision) porque simplemente, Japón ya prefiere controlar con sedes en regiones y territorios, todo el esquema de negocios de sus productos o mercancías derivados de sus franquicias y como en el caso de Namco Bandai (me parece), ejercer el control y zonificación de sus contenidos desde Japón.
El ejemplo que citan y traducen los colegas de otakujanai.org, si bien es un muy buen ejemplo para observar cómo se da el proceso de licenciamiento, hay que tomar en cuenta que es solo para un caso. Todo depende de cómo quieras presentar tu contenido (desde DVD/BD boxsets hasta pantallas de cine). No digo que no sean caras, pero esa razón tanto tú como yo la podemos deducir: No arriesgar mi producto a un mercado que en menos de 24 horas puede tener rippeado y fansubbeado una copia BD collector’s edition de Evangelion 3.33.
Imagina lo que pasará con la nueva película de Dragon Ball (hablando para toda nuestra región del mundo), ¿cuántas horas le pones? Actualmente somos/hemos sido un riesgo para la inversión en ese sentido. Lo bueno es que iniciativas como en la que estoy adherido (Kokuban) estamos haciendo el contrapeso para recuperar un espacio que debimos haber cosechado -al menos en mi país-, hace más de 13 años.
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